Capitulo 10: Fabricas para una era post-industrial

Múltiples encomiendas de diseño de industrias, en general emplazadas en los barrios del primer cordón metropolitano de Buenos Aires, lo llevó a desarrollar recursos proyectuales específicos. En ellas incursiona en cuestiones particulares relacionadas con la industria, como grandes naves donde se desarrollan procesos industrializados, pero al mismo tiempo, busca humanizar estos espacios donde prima la impronta de las máquinas. Los proyectos plantean interrogantes tales como la naturaleza de una industria, si debe exponerse y exhibirse para que todos conozcan la actividad o, por el contrario, como se hacía a principio de siglo, es una actividad que debe ocultarse con pomposas fachadas “de estilo” o arroparse con lenguaje arquitectónico “moderno”. Con la cuestión industrial surge la misma búsqueda que en otras temáticas, como la atectonicidad, la mixtura del orden clásico reinterpretado con lenguaje arquitectónico moderno; la expresión de la robustez, eficiencia y mecanización, combinados, como siempre, con fantasía y sensibilidad artística.




En el partido de San Martín (figura 46), la construcción de una carpintería proporcionó la oportunidad de expresar arquitectónicamente los ideales de la revolución industrial reinterpretada en tiempos modernos. El edificio fue proyectado siguiendo las ordenes clásicos de un basamento materializado en mármol donde se encuentra el taller y las dependencias de producción; un primer piso con las oficinas comerciales con una fachada de arcos y amplios ventanales, un segundo piso con una fachada ciega, que corresponde a una sala de conferencias y procura enfatizar la solidez del edificio, y el remate con amplios ventanales dedicado a sala de exposiciones y salón de usos múltiples. Esta composición del proyecto siguiendo estratos de funciones con sus correspondientes expresiones en fachada, recrea el ideal clásico de la industria tradicional, que se expresa en términos de la solidez y estética del orden clásico, con gestos de arquitectura moderna. El juego de luces y sombras con volúmenes que se destacan y otros que se confunden en claroscuros que se desvanecen en arcos muzárabes, reinterpreta el contrapunto entre industria y residencia, tradicionalmente negada, descuidada y hasta considerada irreconciliable por el movimiento moderno.

Una situación parecida se genera en el diseño de una metalúrgica, también en la calle Lavalle, en Villa Maipú, San Martín, cuya fachada esta estructurada en tres niveles que en la resolución de fachada adoptada corresponden con los principios de basamento, desarrollo y remate clásicos.


En este caso el basamento fue diseñado ubicando los grandes portones de entrada y acceso a las oficinas comerciales de la empresa, retiradas de la línea municipal, y protegida con rejas con diseños inspirados en los motivos tradicionales de los pueblos originales, reproduciendo motivos geométricos originales. El primer piso corresponde a un entrepiso corto, de uso administrativo y trabajo técnico, cuya fachada fue materializado en enormes paños vidriados que posibilitan iluminación natural en la nave principal donde se ubican los talleres de producción. La segunda planta, replica el primer piso con grandes ventanales, pero protegidas con parasoles metálicos y un friso de rectángulos que da remate a la obra. A la derecha se ubica un paño ciego en el lugar de la escalera que proporciona un elemento que enfatiza la horizontalidad del conjunto.

Puede descubrirse en esta obra algunos de los principios de la arquitectura, como el recurso de la transparencia, la simplicidad de las formas siguiendo el orden clásico, pero al mismo tiempo sumando el aporte del trabajo afiligranado de dibujos grabados en la fachada a partir de figuras geométricas combinados con la reja. La estética del edificio aporta un lenguaje directo y moderno, pero con reminiscencias del orden clásico, aporte a la construcción de la identidad de un barrio con una fuerte impronta industrial. Grandes ventanales y frisos horizontales remarcan la horizontalidad del conjunto. El diseño de una nave central, donde ocurre la actividad principal, facilitada por un montacargas, al cual todos los otros espacios balconean, genera una espacialidad interior que fluye e involucra visualmente tanto a operarios como personal jerárquico, situación inédita en edificios de estas características.

Otro de sus proyectos, en este caso una empresa licitadora de energía en el barrio de Villa Martelli, en la calle Zufriategui, plantea la idea de una gran nave en planta baja, rematada con un enorme frontis de dimensiones delgadas y elegantes, un enorme portón de diseño inédito con motivos geométricos y un ventanal con parasoles. La obra recrea una estética industrial, que tiene reminiscencias de un cuadro de arte moderno y al mismo tiempo, transmite valores plásticos propios cobijando funciones industriales muy especificas.


Una obra posterior, retomaría algunas de estas búsquedas de expresión estética, incorporando los valores del desarrollo sustentable. Se trata de un centro de producción comunitario en un barrio periférico en el partido de Moreno, en el que se incorporo al diseño del edificio la estética de medios no tradicionales de producción energética, tal como colectores solares, aerogeneradores, sistemas de recolección de agua meteórica, etc. 



El diseño, aunque fue construido solo parcialmente, representa la búsqueda de expresar a través de las formas construidas los avances más recientes en materia de generación de energía, cuestión clave para la economía y el desarrollo, pero que adquiere una dimensión más comprometida en lo social y lo espiritual en su obra, como un elemento portentoso para construir un mundo mejor, superador del presente. La apuesta por una sociedad post industrial más humana y con preocupaciones mayores por trascender espiritualmente se encuentra presente tanto en el diseño del edificio como en las actividades que alberga. Este edificio que fuera denominado el “foco de progreso justo” fue resultado de la labor de una organización o gubernamental “Microenergía”, de la cual Murillo Luque fue su primer presidente.

El proyecto busca promover la microempresa social como forma de que los vecinos más pobres accedieran a posibilidades sustentables de generación de empleo a través de conocimientos que se impartían gratuitamente en talleres comunitarios donde se formulaban proyectos que tras una rigurosa evaluación, de resultar positiva, se financiaban a través de un sistema de microcréditos integrados a un fondo revolvente. La obra se construyó de acuerdo al diseño previsto solo parcialmente, pero aun así contribuyo en forma significativa a la experimentación entorno a temas de desarrollo local.

Finalmente cabe mencionar distintos proyectos de apoyo y exposición para la industria, en los cuales pueden advertirse nuevos giros estilísticos, tal como el uso de diagonales y la creación de recorridos, como forma de composición de espacios y de fachadas. 






En ellos puede observarse un retorno a estrategias recurrentes como las transparencias, los contrastes y la articulación entre volúmenes. Las obras relacionadas con la industria aportan a su trayectoria el desafío de reconciliar la actividad de la producción con una escala e impronta humana. Este desafío es fundamental para responder a las demandas de respuestas proyectuales en las distintas coronas industriales del área metropolitana de Buenos Aires, las necesidades de empleo en las barriadas populares, y al mismo tiempo, dar respuesta a las necesidades de identificarse con símbolos e identidades que den un sentido más trascendente de la necesidad material de supervivencia. Sus esfuerzos por combinar la estética industrial con los valores más elevados de lo humano expresado en el campo del hábitat, plantean estrategias de enriquecimiento arquitectónico y urbanístico de tales barrios, invitándolos a superar el estigma de “patio trasero” de los poderosos y elegantes barrios de la capital federal. Tal como fuera su temprana vocación, el arquitecto podía tanto satisfacer los requerimientos más exquisitos de diseño y estética del cliente más refinado en los barrios más exclusivos de la ciudad, pero encararía con la misma pasión el responder a la resolución de una demanda de diseño de un barrio peri urbano, segregado y estigmatizado por su mezcla entre lo industrial y lo residencial, como así también la incipiente presencia de asentamientos informales en sus inmediaciones.



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