Escribir para enseñar arquitectura es una tarea ardua. Casi equivale a escribir para aprender a vivir. La arquitectura es una expresión de la vida y como tal, muy difícil de resumir en palabras. Claro que siempre existen los aforismos y proverbios que nos ayudan a encerrar en una simple anécdota, la profundidad y complejidad que entraña la existencia humana. La arquitectura puede definirse como un arte construido con ciencia, un “artefacto artístico” que no solo resuelve el problema de un techo debajo del cual vivir o trabajar, sino que principalmente sirve al propósito de comunicar cuestiones más trascendentes.
No es casual que las primeras obras de arquitectura que se conozcan erigidas por las civilizaciones más antiguas fueran monumentos funerarios, en cuyo caso no importaba demasiado su función, sino que lo que realmente importaba era el mensaje sobre el más allá que comunicaba, la morada de los mortales por la eternidad.
Entender la arquitectura como una promesa de eternidad demanda de principios. Tales principios pueden observarse en la obra de Murillo Luque y pretende ilustrar a estudiantes y amantes de la arquitectura sobre cómo imaginar diseños extraídos de la vida cotidiana, como así también de la reflexión profunda y filosófica sobre la vida y el sentido de la existencia. De alguna manera, hacer arquitectura implica descubrir en la vida terrenal, pistas de la eternidad, rasgos que ayuden a entender su naturaleza y sentido.
Construir estos rasgos y pistas es la labor que intenta explicar este texto, para entender mejor su arquitectura y a través de ella, sus convicciones. Una síntesis de tales principios puede resumirse en doce ejes temáticos. Estos ejes vuelven a repetirse una y otra vez en su obra a lo largo de los distintos periodos de su vida, combinados en forma inédita para responder a desafíos puntuales. Con el devenir del tiempo, y con el envejecimiento de sus obras, tales principios se renuevan reforzando el sentido con el que fueran concebidos inicialmente.
1) Transparencias: Alude al uso del vidrio y fachadas que literalmente permiten ver el interior de los edificios, estableciendo una fluida relación entre los interiores y el exterior.

La noción de transparencia es también simbólica, una forma de mostrar creativamente los espacios interiores, procurando a través de ello, dar a la arquitectura un significado más profundo como escenografía de la vida misma. El carácter transparente de la arquitectura, jugando con la iluminación natural jerarquizando los espacios interiores, intenta crear una atmósfera de gran riqueza espacial que cuando integra además algún simbolismo transmite un mensaje revelador que se constituye como la esencia del edificio, condicionando su forma y su función a la imagen simbólica que le da sentido como tal.

2) Atectonicidad: En la obra puede reconocerse un marcado interés por demostrar la capacidad de la técnica en erigir enormes volúmenes elegantemente sostenidos por apoyos livianos, gracias al desarrollo del hormigón armado. Pero en el lenguaje arquitectónico utilizado, el recurso de atectonicidad busca imprimir a la obra un carácter místico supraterrenal, como extraído de un mundo espiritual, donde la ley de gravedad no rige. Este recurso, empleado en obras diversas, tanto templos, como edificios en altura, transmite el sentido de la arquitectura como esencialmente la envolvente de espacios habitables, para transformarse en piezas de un conjunto más grande cuya complementación y articulación definen espacios etéreos, escenarios del misterio de la existencia humana mediada por el devenir del tiempo, las mutaciones del día a la noche, las estaciones del año y el ciclo vital de los edificios.
3) Armonía cromática y de texturas: En sus diseños, pueden reconocerse la búsqueda por
combinar colores que generen una sensación de armonía y equilibrio que se combina con el
uso de materiales cuyas texturas entablen un dialogo virtuoso entre la experiencia cotidiana de vivir y la esperanza de aspirar a algo más. Sus viviendas generalmente responden a colores cálidos que albergan la alegría de vivir, en sus ambientes más privados, con la búsqueda de convivir cordialmente con colores más fríos en sus ambientes más públicos. Sus fachadas presentan en general colores fríos que se confunden con el azul del cielo respetando los colores naturales de los materiales. Las texturas elegidas también invitan a la experiencia de lo rústico en su escala cromática natural con las superficies pulidas resultado de la técnica.
4) Simbología e identidad: En las obras recurrentemente se apela al uso de símbolos diversos, extraídos de metáforas que relacionan los edificios con elementos naturales como montañas,
pirámides, óvalos o carácter identitarios con un nivel de eclecticismo tal que combina elementos de las culturas originarias con los órdenes clásicos y recursos estilísticos inéditos. Estos elementos combinados en diferentes formas desarrollan en sus obras un lenguaje arquitectónico expresivo, que reinterpreta el significado de distintos símbolos insertos y combinados en la morfología, estética y funcionalidad de sus edificios. Los símbolos son percibidos como un factor de construcción de identidad asociados al carácter y función. Sus edificios concebidos a partir de símbolos e identidades muy definidas tienden a mimetizarse con sus entornos, tanto urbanos como rurales, del cual extraen inspiración para sus formas y funcionalidad, sugiriendo nuevos significados que llevan a replantear constantemente la identidad del sitio.
5) Contrastes: Permanentemente en sus obras pueden reconocerse el juego de contrastes
entre colores, texturas y volúmenes. El trabajo de paños ciegos con amplios ventanales es un ejemplo típico en su arquitectura, al igual que trabajar con volúmenes lisos puros
y muy sofisticados con filigranas decorativas. La enfatización de volúmenes utilizando el recurso de sombras arrojadas posibilita en su obra proporcionar dramatismo al conjunto y enfatizar determinados rasgos que interesan particularmente, tal como la horizontalidad o la verticalidad. El uso de cenefas anchas arrojando sombras es un recurso frecuente para enfatizar el remate de los edificios y dramatizar determinados espacios a los que se busca jerarquizar por su función dentro de sus edificios como los púlpitos en sus iglesias o las salas principales en sus viviendas. Reminiscencias árabes pueden reconocerse en tales decisiones proyectuales que combinan contrastes volumétricos con detalles estilísticos ornamentales que enfatizan a través de contrastes el carácter y jerarquía de determinados espacios.
6) Contextualización y graduación público-privado: Sus edificios apelan permanentemente a una suerte de ambigüedad entre lo público y lo privado, los porches en las viviendas, los atrios en las iglesias, los vestíbulos en las fábricas y comercios son espacios de transición concebidos para comunicar un sentido de fluidez y articulación entre los mundos de lo público y lo privado. Esta fluidez es insinuada en transparencias muchas veces marcados en ornamentos de filigranas y recursos estilísticos que insinúan espacios indefinidos en los que se confunden sus roles de transición como preparación a una nueva experiencia habitacional. Los tratamientos de claroscuros crean espacios inmateriales con características místicas que se conjugan con el uso de contrastes entre materiales
distintos que sirven al propósito de sugerir recorridos múltiples dentro y alrededor de los edificios proyectados. Un compromiso con aportar al espacio público a través de espacios transicionales semipúblicos puede reconocerse en la mayoría de sus obras materializado en la forma de explanadas, esquinas y jardines que embellecen la experiencia peatonal citadina.
7) Eclecticismo y ritmo: El uso de diversos estilos arquitectónicos combinados, proveniente de distintos bagajes culturales y técnicos es un recurso típico para expresar sus ideas. Permanente recurre a esquemas de la arquitectura clásica, encuadrada en la noción de órdenes combinado en forma
creativa con lenguajes arquitectónicos de distintas culturas. La mezcla de estilos para enfatizar volumetrías es también frecuente en sus obras. Tal eclecticismo incluye además formas y símbolos que mezclan diversos estilos y técnicas constructivas componiendo nuevas fórmulas y partidos proyectuales que van evolucionando de un proyecto a otro. También el ritmo aplicado a la alternancia de volúmenes edificados, muy propio de la arquitectura clásica, permite generar perspectivas y percepciones edilicias y urbanísticas de gran dinamismo. Ese ritmo sirve al propósito de crear en el observador la sensación de recorrido hacia una meta trascendente.
8) Localismo captando el “espíritu del lugar”: En todas sus obras puede reconocerse una preocupación por captar la esencia de los lugares donde se implantan sus obras y un compromiso en responder a los desafíos de lo local. Desde el paisaje natural, hasta su gente y su cultura, sus obras plasman distintas formas de expresar la fragilidad humana y el soporte de lo natural a través del objeto construido. A su vez, el desafío del desarrollo adquiere en sus obras un carácter de identidad y compromiso con la preservación y respeto en el uso de los materiales apropiados, planteando una
reflexión recurrente sobre la cuestión de la sustentabilidad. Algunos de sus edificios construidos en ecosistemas sociales y ambientales frágiles, plantean reflexiones sobre la preocupación por utilizar recursos locales, de modo de evitar la importación de materiales de otras regiones, pero al mismo tiempo asegurar que su explotación no lleve a su agotamiento, sino que pueda renovarse siguiendo ciclos naturales. Asimismo, desde el manejo de presupuestos de bajo costos hasta la reinterpretación de
la función de sus edificios de modo que sirvan de infraestructuras apropiadas para sustentar procesos de desarrollo consistentes con los recursos materiales y culturales de la época en que fueran construidos.
9) Progreso compartido optimizando recursos: Sus obras responden a necesidades sociales muy concretas, a las cuales busca responder con soluciones funcionales y con metáforas formales y poéticas que le den fuerza como causa digna, trátese de la lucha contra la pobreza, la igualdad social o la protección de la cultura de pueblos amenazados en su supervivencia. Su arquitectura siempre responde a un determinado compromiso social, entendiendo por ello, la satisfacción de las necesidades materiales
y espirituales de la población a la cual sirve. El contenido simbólico de los edificios complementa a la función, potenciando el rol de la arquitectura en hacedora no solo de edificios más económicos, no solo en sus etapas de construcción, sino a lo largo de sus ciclos vitales, sino también de mayor trascendencia en su función y capacidad de influenciar a la sociedad.

10) Flexibilidad y metamorfosis: Sus obras priorizan la flexibilidad, en el sentido que se adaptan a un amplio espectro de funciones, aglutinando actividades complementarias congregadas en una misma envolvente edilicia. Así una escuela incorpora aulas donde alumnos de diversas edades acuden a aprender, pero también granjas y talleres donde las aulas progresivamente se extienden en el espacio siguiendo una estrategia didáctica de integrar teoría y práctica en forma consistente. Ya desde su concepción, sus edificios son proyectados a partir de la pauta que deben adaptarse a lo largo de su vida útil, a diferentes usos. Y este sentido de metamorfosis premeditada es la que le da un valor adicional, en termino de sustentabilidad, al evitar su demolición y facilitar su reciclaje permanente. De esta manera, sus edificios mutan de actividades, formas y funciones, como si se tratase de un organismo viviente que se va adaptando inteligentemente a los cambios en su medio. También en sus diseños puede advertirse la intención que sus edificios se adapten a distintas épocas del año y horas del día. En su arquitectura, una vivienda debe proyectarse para satisfacer las condiciones de vida de sus habitantes y al mismo tiempo aprovechar los recursos naturales para ahorrar energía.
11) Ornamentos, honestidad y equilibrio entre industrialización y artesanado: Aunque sus obras
incorporan piezas ornamentales, las mismas nunca buscan ocultar recursos técnicos como instalaciones,

sino que honestamente introducen piezas de arte a los espacios arquitectónicos creados. En sus obras puede apreciarse un equilibrio muy cuidadoso entre componentes edilicios industrializados y producidos en forma artesanal. Este rasgo es especialmente valioso considerando el momento particular del siglo XX cuando se erigieran sus edificios, pero adquieren especial relevancia en plena era de la globalización ya en el siglo XXI. Sus edificios apelan a formas industriales que impresionan por su capacidad de controlar las leyes de la física, pero alternado con elementos artesanales que recuerdan el virtuosismo y calidez humana. Esta combinación resulta especialmente efectiva para realizar edificios de bajo costo y que al mismo tiempo sean durables y de calidad. Especialmente interesante fueron sus construcciones en áreas de frontera, donde la ausencia de población y la rigurosidad del clima obligó a utilizar estructuras metálicas y de madera industrializadas para erigir rápida y económicamente estructuras que incorporan trabajo manufacturado que se enmarcan en técnicas locales.
12) Diseño bioclimático: En sus obras pueden reconocerse un tributo permanente a lo natural expresado en la adaptación de sus edificios a los ciclos particulares de los ecosistemas. La captación de recursos climáticos disponibles, como buen asoleamiento y ventilación define una metodología particular de proyectar. Sus obras observan detenida y sistemáticamente los recursos naturales disponibles no
solo para hacer un uso eficiente en lo energético, sino también para que refuercen los rasgos naturales del sitio donde se implantan. Así pues, pendientes topográficas, forestación, drenajes naturales, brisas predominantes y demás condicionantes del medio natural forja formas de proyectar que procuran insertar sus obras entendiendo y respetando aquellos ciclos naturales esenciales para la vida en la región. En este aspecto su obra aporta a la arquitectura sustentable, un patrón de respeto del sitio que se contrapone a la noción dominante de su época de proyectar a partir de una idea de “tabla rasa”, donde los ecosistemas naturales y las cualidades del sitio deben conquistarse con la arrogancia de técnicas y diseños imperativos que pretenden imponerse a lo natural. En sus trabajos, este aspecto adquiere significados sociales, naturales y económicos inéditos que aportan insumos relevantes para pensar en políticas superadoras de la intervención arquitectónica adaptada al medio, y muchas veces dramatizada por formas y giros estilísticos que imitan lo natural, mimetizando el proyecto al paisaje.
Comentarios
Publicar un comentario